sábado, 25 de abril de 2020

PARECE CONFIRMARSE LA REDUCCIÓN DE LOS CASOS ACTIVOS DE CORONAVIRUS EN ESPAÑA


Debo empezar esta nota con una corrección, ya que ayer escribí que se corrigió un dato sin explicar por qué se había realizado, cuando lo cierto es que el ministro sí que había explicado que la corrección se había realizado al descontar los nuevos casos positivos con test rápidos dejando únicamente los derivados de análisis PCR.

Me parece bien el nuevo criterio, que supongo que se basa en una mayor fiabilidad de los análisis PCR, pero también me gustaría que se corrigiera no sólo el dato de acumulados del día en que se introdujo la corrección, sino que también se proporcionara la nueva serie desde el principio, lo que aumentaría la fiabilidad de los análisis que se puedan realizar con esa serie.

Si observamos al gráfico de datos acumulados de casos activos, se puede apreciar que, efectivamente, la curva ha iniciado la fase descendente con lo que, si esa tendencia se mantiene en los próximos días, entraríamos en una nueva fase de la pandemia que permite empezar a vislumbrar el horizonte del inicio del desconfinamiento.

Ahora solo falta que se haga un diseño claro y razonable de ese proceso que debería hacerse con un conjunto de normas claras y sencillas para toda la población, normas que deben poder hacer todos los ciudadanos, al margen de su capacidad económica, para lo que corresponde al Estado (sea a través de las instituciones que sea) proporcionar a todas las personas todos los medios necesarios para cumplirlas.

Simultáneamente el plan que se ponga en marcha debe procurar provocar el menor daño posible a la economía del país porque, una vez que se haya dominado la pandemia desde los puntos de vista sanitario y de la minimización de los riesgos de contagio, nos tendremos que enfrentar a la peor crisis económica desde el advenimiento de la democracia, y todo apunta a que será una crisis profunda y muy duradera que tendrá su peor cara en el calvario que les espera a los que estén sin trabajo.



viernes, 24 de abril de 2020

NUEVA CORRECCIÓN A LOS DATOS DE LOS CASOS DE CORONAVIRUS


De nuevo el gobierno nos ha sorprendido hoy con una corrección muy relevante.

La primera fue hace una semana, cuando en el dato de casos acumulados de recuperados (que eran inferiores al acumulado del día anterior en 1834 personas) se escondía, ya que no se dio, ni entonces ni después, ninguna explicación una corrección de datos que suponía una reducción de 5336 personas en los datos acumulados de la serie.

Hoy la corrección se ha realizado con la misma metodología (se corrige el dato acumulado, pero dando a la vez un dato del día anterior que parece razonable y sin explicar por qué se realiza la corrección ni decir a que datos de los días anteriores afecta la corrección) aunque en esta ocasión la variable afectada ha sido el número acumulado de infectados, que se ha reducido en 10034 casos respecto al dato del día anterior, a la vez que se informa de que el número de infectados en el día ha sido de 2796, con lo que la corrección realizada ha sido de 12830, lo que desde luego indica que es una corrección que afecta a varios días anteriores.


Con esta corrección, si vamos al gráfico de datos acumulados de casos activos, se puede apreciar que prácticamente se corrigen todas las irregularidades que se introdujeron en el día 17 y siguientes y que tanto llamaron la atención. Sin embargo, a falta de explicaciones de los errores y de la nueva serie de datos corregidos, puede quedar la duda de si la corrección ha sido la mínima necesaria para evitar la manifiesta irregularidad de la serie, al menos en la última semana, aunque manteniendo la ficción de que la curva de casos activos sigue en la "meseta" ampliamente anunciada, aunque en realidad no sea plana sino que tiene un muy moderado crecimiento (el dato publicado hoy de casos activos (88112) es superior al publicado el día 14 de abril (86982) en 1130 casos (1,3% en 10 días)

Esta duda se plantea porque el resto de indicadores del sistema sanitario parecen mostrar que la intensidad de la pandemia se va reduciendo, tanto en lo que se refiere a número de fallecimientos (difícilmente manipulable, una vez definido el criterio de incorporación, o no, de cada caso a la serie) como a la presión sobre las UCI, sobre las urgencias e incluso sobre las consultas en los centros de salud.    

Todo parece indicar que se podría estar dilatando artificialmente el inicio del descenso en la curva, para así poder dilatar el inicio y/o el ritmo de la desconfinación, con la tranquilidad de que cuando los datos oficiales muestren la caída rápida de los casos activos, será fácil camuflar los datos añadidos aumentando la proporción de curados de forma que no llame la atención.

jueves, 23 de abril de 2020

COMENTARIOS ADICIONALES A LOS DATOS DE LOS CASOS DE CORONAVIRUS


Como complemento a mi escrito anterior sobre este tema, unos pocos días después los nuevos datos disponibles, los publicados hasta hoy 23 de abril, así como las últimas declaraciones públicas me han llevado a una serie de reflexiones sobre la evolución de la pandemia que me llevan a conclusiones complementarias.

De nuevo quiero poner de manifiesto que estos comentarios no son ningún bulo ni tampoco una crítica al Gobierno sin fundamento suficiente, aunque crítica si que hay en aquellas afirmaciones que, basadas en los datos e informaciones que han pasado el filtro del orwelliano "Ministerio de la verdad" (que de hecho existe aunque no figure en el organigrama del gobierno) no dejan de estar totalmente amparadas en los derechos fundamentales incluidos en la Constitución de las libertades de información y  de expresión.

Ante la, para mí sorprendente, evolución de los datos de casos activos publicados sobre la pandemia en España, que sólo se puede explicar por la conclusión de que la serie de datos no es una serie homogénea, he decidido analizar los datos diarios de nuevos casos de infectados, curados y fallecidos, que se pueden observar en el siguiente gráfico



Del análisis visual de este gráfico, extraigo las siguientes conclusiones:

a) En las tres series se aprecia una discontinuidad periódica, que coincide con los datos comunicados de los fines de semana. Parece obvio que la comunicación de casos es distinta durante esos días, ya que se reducen de una forma clara que resulta más notoria por la posterior comunicación los lunes y, quizás aunque en mucha menor medida, los martes. Estas anomalías no impiden, en cualquier caso, hacer una interpretación razonable de las tendencias.
b)  La serie más homogénea es, al menos hasta el momento, la serie de los fallecidos, seguramente porque el sistema español de registro de los fallecidos es muy riguroso ya que exige la existencia de un certificado de defunción muy detallado y fiable. Obviamente, si en el futuro se decide incluir en esta serie a los fallecidos con alta probabilidad de haber padecido el coronavirus aunque no se les haya hecho la prueba, es de esperar que se publiquen los datos día a día de la nueva serie.
c) En lo que se refiere a la serie de nuevos infectados de cada día, la serie sigue una tendencia creciente hasta alcanzar su máximo (9222 casos en un día) el martes 31 de marzo (con datos del día anterior, que seguían a los datos seguramente incompletos del fin de semana anterior)  máximo que con toda probabilidad es bastante superior al que realmente hubo aquel día.
     A partir de este momento comenzó un descenso muy pronunciado hasta el martes 14 de abril, día en el que hubo 3045 casos. Este día fue el día en el que, por única ocasión hasta el momento, el dato calculado de casos activos fue inferior al del día anterior y ello hace pensar que, al corresponder los datos al día anterior, lunes, que en teoría debería añadir todos los datos atrasados del fin de semana anterior, es posible que este dato de activos en el día esté algo distorsionado.
     Los días 15,16 y 17 este dato sufrió un incremento relevante ( 5092, 5183 y 5252 respectivamente) y a partir de entonces curiosamente ha presentado hasta hoy, 23 de abril, valores relativamente estables, con un promedio de 4250 nuevos infectados cada día.
d) Finalmente, la serie de los curados, que debería ser prácticamente tan rigurosa como la de los fallecidos, al menos durante el periodo en que solo se hayan contabilizado los dados de alta en centros hospitalarios tras un análisis que diera negativo, sigue una tendencia muy parecida a la de los infectados, aunque con un decalaje temporal de unos 7 u 8 días. Es de destacar el dato anómalo publicado el 17 de abril, en el que, debido al descenso del número total de infectados, resulta un dato negativo de 1834 casos, dato no explicado ni corregido hasta ahora por los autores de la serie.
     El mismo día, en los datos del día se publicaba una cifra de 3502 nuevos curados, lo que significa que en ese día se redujeron los curados acumulados en un total de 5336 personas. ¿Serían 5336 personas cuyo alta se había ido publicando en días anteriores  pero que en realidad no habían tenido un análisis positivo previo o si lo habían tenido correspondían a falsos positivos por haber utilizado un test de una partida no fiable?
     A partir del día 18 la senda parece indicar una cierta estabilidad promedio, aunque con diferencias diarias notables, con una media de unas 2700 personas curadas por día.

Para terminar con este análisis, me ha parecido interesante comparar las líneas de infectados y de fallecidos más curados día a día, ya que cuando de una forma recurrente la línea de fallecidos más curados sea más alta que la de infectados del mismo día, estaremos en la zona descendente de la curva: 



Del análisis de esta curva, al margen del dato anómalo antes comentado, que sustrajo el 17 de abril 5336 personas de la serie de los curados, se deduce que tras un periodo en el que los nuevos infectados diarios superaban ampliamente a la suma de fallecidos y curados, a partir del 8 ó 9 de abril las dos líneas van bastante parejas, siendo siempre algo más elevado el número de nuevos infectados, excepto el ya comentado punto del 14 de abril en que, por única ocasión hasta ahora, fue algo inferior.

En buena lógica, ya deberíamos estar en la fase de descenso, pero la línea de estabilidad en los nuevos infectados es difícilmente compatible con la continuidad del confinamiento, por lo que tiene que haber otra explicación. La más sencilla, aunque probablemente no sea la única razón, podría ser el número de pruebas que se realizan, Según las informaciones de palabra, ya que hasta ahora no se han publicado estadísticas del número de pruebas realizadas, en las primeras semanas de confinamiento sólo se podían hacer unos 10000 análisis por semana; esta cifra aumentó posteriormente a 20000 y desde hace unas tres semanas hablan de 40000 o de 46000 según las ocasiones.

Si tomamos como ejemplo la suma de los últimos siete días, en ellos ha habido un total de 30208 casos nuevos y un total de 14453 curados; como a todos ellos se les ha hecho un análisis para entrar en la estadística correspondiente, cabe deducir que se han empleado 44661 análisis solo para estos dos fines, con lo que queda una cifra muy limitada para otro tipo de personas, salvo que el número de análisis haya sido muy superior. Cabe deducir, por tanto que sigue habiendo una cola muy importante de personas con síntomas todavía por diagnosticar, seguramente muchas de ellas con síntomas leves con lo que probablemente la mayoría de ellas acaben curándose en sus casas y nunca pasen a engrosar las estadísticas, pero además, también es muy probable que en las próximas semanas sigamos teniendo una estadística de nuevos infectados cuyo número estará fijado no por los nuevos casos reales, sino por la capacidad máxima de realizar pruebas, y esta escasez de capacidad de realizar pruebas será el motivo fundamental por el que no se pueda reiniciar la reducción del confinamiento al menos para aquellas personas que se sepa que tienen anticuerpos.

También puede ser la razón de que se siga retrasando la realización de la macro encuesta que tan importante es para poder hacer un buen diseño del desconfinamiento. No será nada extraño que más comunidades autónomas sigan el ejemplo de Galicia y realicen por su cuenta una macro encuesta en su territorio para poder disponer lo antes posible de esa información tan importante.

lunes, 20 de abril de 2020

¿ABORTADA UNA BUENA NOTICIA SOBRE EL CORONAVIRUS:? EL 14 DE ABRIL TODO APUNTABA A QUE HABÍA COMENZADO EN ESPAÑA EL DESCENSO DE LOS CASOS ACTIVOS


Antes de empezar a explicar las razones de que piense que el cambio de la serie de datos que publica el gobierno es un cambio que se está usando para justificar la ampliación del Estado de Alerta anunciado el sábado 18 o, quizás, las sucesivas ampliaciones ya que en su anuncio el presidente apuntó a que no es seguro que este próximo verano podamos ir de vacaciones quisiera empezar por indicar que el cambio no explicado es el de un descenso implícito de 1834 personas en el número de casos activos que se deducen de los datos publicados por el gobierno el 17 de abril, al que en días sucesivos siguió un aumento bastante menor al habitual del número de casos activos en los dos días siguientes, 18 y 19 de abril, seguido de otro algo menor también al habitual (aunque no sea tan extraño al corresponder a un domingo) en los datos publicados hoy 20 de abril de 2020.


Pero esta sucesión de datos, aparentemente anómalos, ha terminado con la tendencia anterior que hasta el 14 de marzo sugería que ya había comenzado en España el descenso del número de casos activos y ha dado paso a una nueva serie que nos llevará seguramente a una "meseta", largamente anunciada en las ruedas de prensa diarias, que tendrá una duración todavía impredecible, pero probablemente larga, antes de que se inicie el esperado descenso del número de casos activos.


A fin de que nadie considere este escrito un bulo ni una crítica al Gobierno sin fundamento suficiente, creo pertinente dar unas informaciones que maticen, con algunas dudas razonables, la satisfacción que tuve el 14 de marzo al haber llegado entonces a la conclusión de que se había iniciado el descenso del número de casos activos o se estaba muy cerca de ese punto, ya que si la serie de datos hubiera continuado siendo homogénea, probablemente a estas alturas estaríamos ya con una serie que indicaría estar ya en la fase descendente referida al universo de casos estadísticos publicados hasta el 14 de abril.


Asimismo deseo aclarar que todos los datos numéricos que he usado en este análisis están basados únicamente en los datos diarios publicados por el Gobierno en lo que se refiere a casos acumulados de infectados, fallecidos y curados. Con ellos calculo diariamente el número de nuevos casos de cada grupo y también del acumulado de casos activos, definidos éstos como el resultado de los activos del día anterior más los nuevos casos infectados menos los fallecidos y los curados, también en el día anterior.


Todos somos conscientes de que en todos los grupos faltan muchas personas no contabilizadas, enfermos con síntomas claros o no tan claros que pasan la enfermedad en sus casas sin que se les haya realizado prueba alguna y fallecidos que tenían esos síntomas pero a los que no se les realizó la prueba ni en vida ni después de muertos, pero no es menos cierto que la estadística era fiable hasta el 17 de abril, al margen de los retrasos en incluir algunos casos especialmente durante los fines de semana, aunque eso sí el universo de personas incluidas se limitase hasta entonces a aquellas que dieron positivo en algún análisis realizado en un centro hospitalario, que hubiera llevado a su ingreso, ese hecho no impedía, en mi humilde opinión, que su evolución pudiera servir de referencia válida para estimar el estado en que se encontraba la pandemia.


Por otra parte, como solo se llevaba un día con reducción del número de casos activos, el día 13 de abril ya que los datos se publican al día siguiente, había que tener todavía mucha prudencia, aunque no hubiera nada que hiciera esperar que se produjera un rebrote de la enfermedad en nuestro país durante las semanas siguientes.


Para analizar los datos, dado el tipo de curva esperable para la evolución diaria de los casos activos, que es parecida a una distribución normal, o campana de Gauss, me parece conveniente utilizar también la serie del logaritmo de los valores de los datos a analizar. El motivo no es otro que intentar poner de manifiesto los tramos de la curva que tienen el comportamiento de una curva exponencial, que no son fáciles de apreciar a simple vista en la serie de datos inicial, pero que al mirar la curva del logaritmo del valor se convierten en tramos de rectas, cuya pendiente nos da una idea del ritmo de crecimiento homogéneo en el periodo de tiempo en que esa recta se mantiene.

Para analizar los datos, dado el tipo de curva esperable para la evolución diaria de los casos activos, que es parecida a una distribución normal, o campana de Gauss, me parece conveniente utilizar también la serie del logaritmo de los valores de los datos a analizar. El motivo no es otro que intentar poner de manifiesto los tramos de la curva que tienen el comportamiento de una curva exponencial, que no son fáciles de apreciar a simple vista en la serie de datos inicial, pero que al mirar la curva del logaritmo del valor se convierten en tramos de rectas, cuya pendiente nos da una idea del ritmo de crecimiento homogéneo en el periodo de tiempo en que esa recta se mantiene.



Al analizar la curva del logaritmo de los casos activos, despreciando los primeros días por el escaso número de casos que había, podemos apreciar los siguientes tramos:


Un primer tramo, que sigue el trazado de una recta que va desde el día 31 de enero (6 casos activos) hasta el 26 de febrero (16 casos activos), en el que la recta que se sugiere tiene una pendiente relativamente moderada, con un incremento de los casos activos del orden del 3,8% diario. Relativamente moderada, porque de haberse mantenido habría supuesto un crecimiento del número mensual de casos activos del 210% esto es, algo más del triple de casos cada mes respecto a los del mes anterior.


A continuación sigue un segundo tramo que va hasta el día 15 de marzo (7120 casos activos) que sugiere una recta de pendiente mucho más elevada, que supone un aumento de casos del 43,1% diario. De haber continuado este ritmo, cosa que habría ocurrido algunas semanas más si no se hubiera hecho nada distinto a lo que ya se hacía para limitar el contagio, al cabo de un mes habría llevado a un número de casos activos tremendo (unas 730000 personas, sólo con 13 días más sin confinamiento).


El tercer tramo, que ya no se aprecia tan claramente como una recta llegaría hasta el 26 de marzo (54274 casos activos) que sugiere una recta de pendiente más moderada, que supone un aumento de casos del 16,9% diario.


A partir de ahí, la gráfica ya no sugiere más rectas, sino directamente el inicio de la cúpula y parecía haberse alcanzado el número máximo de activos el 13 de abril, (87281 casos activos) momento a partir del cual era de esperar que se iniciase la parte descendente de la cúpula.


Es probable, aunque solo los datos reales habrían permitido comprobar si esa hipótesis se acercaba a la realidad o no, que el descenso no hubiera sido muy diferente del ascenso desde el 15 de marzo, fecha en que se inició el confinamiento, salvo quizás cuando se reflejasen los efectos del incremento de confinamiento de Semana Santa, cosa que podría haber ocurrido en principio con el mismo retraso que tuvo el primer confinamiento que podríamos cifrar en los trece días que se tardó en tener los primeros efectos del mismo. Sin embargo, se da la circunstancia de que esa fecha habría coincidido, en la práctica, poco más o menos con el día de máximo número de casos activos, lo que habría hecho muy difícil detectar ese efecto que habría supuesto, eso sí, un adelanto del día del máximo número de casos activos por la mayor rigidez del confinamiento en el periodo de la Semana Santa, adelanto del que el número de días conseguido no habría sido fácil de determinar.


Si el descenso se hubiera producido a un ritmo similar al ascenso, se habrían necesitado unas cuatro semanas más para tener una reducción drástica del número de activos que hubiera podido dar lugar entonces a una finalización, o casi finalización, del confinamiento, aunque hubiera seguido siendo muy recomendable el mantenimiento de determinadas medidas de precaución.


Pero todas las consideraciones anteriores ahora se quedarán en el mundo de las hipótesis difícilmente contrastables, dado que el Gobierno ha decidido ir añadiendo casos, tanto del número de infectados, como del de fallecidos y, probablemente en el futuro también lo hagan con el número de curados; todo ello con unos criterios no especificados que harán muy difícil contar con una serie homogénea que permita hacer un análisis serio de la evolución de la pandemia.


Es obvio que la tarea de recomponer una serie que desde el primer momento incluya los casos de todas las situaciones analizadas aplicada, con criterios homogéneos, a un universo mucho más amplio (que preferiblemente debería incluir a todos los residentes en España) será una tarea ardua y costosa, que difícilmente encargará un gobierno tan acostumbrado a limitar la información facilitada a la sociedad, cuando esta información no le parece favorable para sus propios intereses políticos.


Para realizarla, y para establecer en concreto aquellas relaciones que no sea posible cuantificar con las estadísticas puras que se obtengan por la adición de la información de todos los casos individuales que se puedan conocer, habría que contar en primer lugar con los resultados de la macro encuesta ya anunciada, aunque todavía, que se sepa, no iniciada, que tomaría los datos de unas 60000 personas elegidas por el INE por un método aleatorio que maximice su representatividad.


Pero, además, se tendrán que añadir a los datos ya contabilizados en la serie publicada hasta ahora los siguientes nuevos datos referidos a todo el periodo de la pandemia:


En cuanto a los infectados, los de todas aquellas personas que comunicaron en su día a los diferentes servicios médicos, tanto públicos como privados, síntomas suficientes para diagnosticar el coronavirus con una alta probabilidad, aunque no se les hubiera realizado el análisis correspondiente y por tanto no figuren en la serie actual.


En cuanto a los fallecidos, los de todas aquellas personas para las que en su certificado de defunción consten, en los casos en que no haya habido análisis con resultado positivo, síntomas suficientes para considerar altamente probable que hubieran padecido esta enfermedad.


Este es un aspecto especialmente delicado, dada la sensación de abandono de las familias afectadas a las que, aparte de no haber podido despedirse ni hacer el funeral habitual en nuestras costumbres, se les niega la confirmación oficial de que sus seres queridos hayan fallecido por el coronavirus o por sus complicaciones. Sensación de abandono mucho más clara cuando a pesar de los síntomas claros no se les hizo en su día la prueba ni se les dio el tratamiento más conveniente (en no pocas ocasiones por la falta de medios apenas reconocida aunque en la realidad fuera muy grave como conocen de primera mano los sanitarios) cuando no se les aplicó la terrible recomendación de no ingresarles en la UCI por tener más de 80 años. Lo mas triste sería que el posible objetivo final de esta falta de delicadeza pudiera ser únicamente el de presentar unas estadísticas de mortalidad inferiores a la realidad.


En cuanto a los curados, todas las personas que habiendo estado incluidas en el grupo de infectados, hayan pasado la enfermedad fuera de los centros hospitalarios y por lo tanto carezcan de alta médica. La fecha de curación, como una aproximación razonable, podría obtenerse sumando a la fecha en que advirtieron los primeros síntomas el número medio de días que los expertos determinen para su curación cuando no hayan necesitado hospitalización.


Finalmente para estimar las cifras globales de afectados, habría que sumar a los asintomáticos que se podrán estimar en función de los resultados de la ya citada macro encuesta, salvo que finalmente se proceda a un análisis universal de todos los habitantes, o al menos de la inmensa mayoría, que aconseje cambiar ese número si las diferencias con los resultados de la macro encuesta fueran relevantes.


La adición de los asintomáticos es muy importante de cara a conocer la mortalidad global de la pandemia en esta fase temporal, en sus diferentes versiones de referencia (población total, población afectada y población hospitalizada) y asimismo lo será para tomar las medidas que se consideren oportunas para prevenir, y en la medida de lo posible evitar, un rebrote de la pandemia en la próxima temporada otoño/invierno y también en los años siguientes.


Por todas estas razones, sinceramente estoy convencido de que los cambios introducidos en las series obedecen al interés de hacer muy difícil que se pueda llevar a cabo un análisis independiente, pero a la vez serio y ponderado, de lo que está ocurriendo en nuestro país especialmente en el aspecto de definir cuales son las medidas más adecuadas para llegar al necesario equilibrio para minimizar los daños presentes y futuros que estamos teniendo y tendremos en aspectos tan importantes de nuestra vida como son la salud general de la población, la marcha de la economía durante los próximos meses y años, la atención social a los más débiles, pero también a la defensa y continuidad del disfrute de los derechos fundamentales que ampara nuestra Constitución.


A continuación, y para terminar, añado los gráficos puestos al día con los datos publicados hasta el 14 de abril y también hasta el 20 de abril de 2020. En los gráficos de los casos activos, se aprecia claramente el efecto de los cambios en la serie, pero no tanto en los gráficos con los logaritmos, en el los que el efecto que se notará será el del retraso del inicio del descenso.