sábado, 22 de octubre de 2011

Deuda española con el exterior (2º trimestrre 2011)

Deuda española con el exterior

Ya están disponibles los datos del Banco de España de la deuda española con el exterior a finales del segundo trimestre de 2011. Los datos del segundo trimestre de este año han roto la tendencia al descenso de la deuda iniciada en el segundo trimestre de 2010, de forma que la deuda total casi ha igualado el máximo registrado a finales del primer trimestre de 2010.


Tras este aumento, la deuda externa total a largo plazo era, a finales de junio de 2011, de 1,78 billones de euros, cifra que por otra parte no es muy lejana a la de septiembre de 2007 (1,54 billones) momento en el que se redujo drásticamente el ritmo de incremento de los préstamos del exterior a los agentes españoles.

La evolución de este importante indicador se puede apreciar de forma muy intuitiva en la gráfica siguiente, en la que se presenta la variación de la deuda total española con el exterior en los cuatro trimestres anteriores al trimestre de referencia.


Como se puede apreciar en la gráfica, desde el año 2000 la economía española venía aumentando cada año su deuda externa total en unos cien mil millones de euros anuales. Esta cifra ya era muy elevada, porque este incremento de deuda se dedicaba en su mayor parte al gasto o a inversiones muy poco o nada productivas, lo que de hecho suponía que el país estaba viviendo muy por encima de sus posibilidades.

En 2004 la deuda externa aumentó en casi ciento cincuenta mil millones y esta cifra siguió aumentando año a año hasta llegar a un máximo de doscientos sesenta y cinco mil millones de euros en 2007 (siempre con datos referidos a la variación entre el segundo trimestre de un año respecto del mismo trimestre del año anterior) A partir de 2007 el incremento anual se redujo drásticamente (hasta 120.000 millones en 2008 y 60.000 millones en cada uno de los años 2009 y 2010) y en 2011 el incremento ha sido de 13.000 millones.

La variación registrada en el conjunto de los cuatro últimos trimestres (13.288 millones de euros, equivalentes al 0,8% de la deuda total de un año antes) ha sido muy distinta en cada uno de los sectores considerados: las Administraciones Públicas han registrado un incremento del 6,2% en su deuda externa, el conjunto de las instituciones financieras, lo han hecho en el 0,6%, y el resto del sector privado (empresas no financieras y familias) han registrado una caída del 1,5%)




El aumento del endeudamiento de las administraciones públicas y del sistema financiero es la consecuencia de que el ahorro interno, a pesar de haber aumentado sensiblemente durante la crisis actual, es insuficiente. Por otra parte el importante incremento del endeudamiento exterior del sector financiero podría estar reflejando la creciente desconfianza de los ahorradores particulares en los depósitos bancarios y/o la consideración de insuficiente retribución por parte de las entidades financieras.

Los problemas que quedan por resolver en la economía española no son pocos, ya que España deberá reducir durante bastantes años su deuda con el exterior, lo que significará necesariamente que, mientras exista además un déficit público relevante, podrá contar para la financiación de la economía sólo con una pequeña parte del ahorro interior, y esta escasez de financiación será un freno para el incremento de la capacidad productiva.

El Gobierno seguirá reduciendo el déficit público, pero si para ello tuviera que aumentar la fiscalidad de forma relevante, haría aún más difícil la recuperación del consumo. Por este motivo es especialmente importante que las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos asuman que los ingresos fiscales de los años previos a la crisis no eran ingresos estructurales y estables, por lo que pasarán muchos años antes de que vuelvan a tener unos ingresos de la magnitud de los que tuvieron en esos años, por lo que el ajuste deberán realizarlo en su mayor parte a partir de la reducción del gasto (a ser posible con mejor gestión y con la reducción y eliminación de los gastos no imprescindibles)

El sector financiero tendrá que seguir saneando su exposición a los proyectos inmobiliarios tóxicos, por lo que también intentará aumentar las comisiones y los márgenes que cobra al sector privado.

Por último, el sector privado, el único que no puede, en la mayoría de los casos, traspasar su déficit a terceros, seguirá ajustándose el cinturón para capear la situación, a la espera de poder aumentar sus ingresos por las vías, fundamentalmente, del aumento de la productividad y de la actividad.