E.on sorprendió el 20 de febrero a la sociedad española, empezando por el Presidente del Gobierno, con una puja en la OPA por Endesa que supone un aumento muy relevante del precio y en efectivo.
¿Quienes ganan en el envite? Sin duda alguna los accionistas de Endesa y su equipo directivo, así como los consultores y bancos de inversión involucrados, y, con interrogantes, los consumidores de gas y de electricidad, la competencia en estos sectores y los accionistas de E.on
¿Quienes pierden? con seguridad los accionistas de Gas Natural y su equipo directivo, el Gobierno de España y el de la Generalidad de Cataluña y que decir de los organismos “independientes” (CNE, CNMV y Tribunal de Competencia) y, con interrogantes, la competencia en ambos sectores, los accionistas de las empresas energéticas reguladas y los de E.on.
Las dudas sobre los que pueden ganar o perder dependen de la actitud que tenga el Gobierno en la regulación futura de los sectores energéticos.
Del aviso dado ayer por el Presidente del Gobierno al Consejero Delegado de E.on cabe deducir que si E.on se hace con Endesa (¿sólo si E.on se hace con Endesa?) la regulación será más estricta y permitirá menos beneficios (tarifas menos generosas con los distribuidores de gas y electricidad y mayores exigencias de calidad) Esta hipótesis sería sin duda beneficiosa para los consumidores y mala para las cuentas de resultados de todas las empresas reguladas.
Un aspecto poco destacado hasta ahora en los medios de comunicación es el aumento de competencia que cabe esperar en el sector gasista español como consecuencia de esta operación: Eo.n es mucho más fuerte en gas que en electricidad (en 2005 ha vendido 925 TWh de gas natural, 2,5 veces la demanda española del mismo año). Gas Natural debería prepararse para una dura competencia en España con un operador con el que las relaciones tardarán en recomponerse, más fuerte económicamente y con una escasa cuota de mercado en el país, lo que le podría inducir a una política de precios más agresiva .
¿Tendremos que agradecer a una empresa alemana que sea la promotora de que el Gobierno se ponga a trabajar para proteger a los consumidores de los sectores regulados (actividad siempre postergada por los distintos gobiernos que se han dejado convencer sistemáticamente por los lobbies eléctrico y gasista) y también que sea la que introduzca en ellos la sana competencia, tantas veces anunciada en falso y que tanta falta hace?
¿Quienes ganan en el envite? Sin duda alguna los accionistas de Endesa y su equipo directivo, así como los consultores y bancos de inversión involucrados, y, con interrogantes, los consumidores de gas y de electricidad, la competencia en estos sectores y los accionistas de E.on
¿Quienes pierden? con seguridad los accionistas de Gas Natural y su equipo directivo, el Gobierno de España y el de la Generalidad de Cataluña y que decir de los organismos “independientes” (CNE, CNMV y Tribunal de Competencia) y, con interrogantes, la competencia en ambos sectores, los accionistas de las empresas energéticas reguladas y los de E.on.
Las dudas sobre los que pueden ganar o perder dependen de la actitud que tenga el Gobierno en la regulación futura de los sectores energéticos.
Del aviso dado ayer por el Presidente del Gobierno al Consejero Delegado de E.on cabe deducir que si E.on se hace con Endesa (¿sólo si E.on se hace con Endesa?) la regulación será más estricta y permitirá menos beneficios (tarifas menos generosas con los distribuidores de gas y electricidad y mayores exigencias de calidad) Esta hipótesis sería sin duda beneficiosa para los consumidores y mala para las cuentas de resultados de todas las empresas reguladas.
Un aspecto poco destacado hasta ahora en los medios de comunicación es el aumento de competencia que cabe esperar en el sector gasista español como consecuencia de esta operación: Eo.n es mucho más fuerte en gas que en electricidad (en 2005 ha vendido 925 TWh de gas natural, 2,5 veces la demanda española del mismo año). Gas Natural debería prepararse para una dura competencia en España con un operador con el que las relaciones tardarán en recomponerse, más fuerte económicamente y con una escasa cuota de mercado en el país, lo que le podría inducir a una política de precios más agresiva .
¿Tendremos que agradecer a una empresa alemana que sea la promotora de que el Gobierno se ponga a trabajar para proteger a los consumidores de los sectores regulados (actividad siempre postergada por los distintos gobiernos que se han dejado convencer sistemáticamente por los lobbies eléctrico y gasista) y también que sea la que introduzca en ellos la sana competencia, tantas veces anunciada en falso y que tanta falta hace?