Un trimestre más, la
Encuesta de Población Activa, que es la mejor información disponible para
analizar la evolución de la ocupación y del paro, nos ha dado el disgusto ya
habitual desde la del cuarto trimestre de 2007 en que empezó a descender el
número total de ocupados en España, que había alcanzado su máximo histórico en
el tercer trimestre del año en que empezó la crisis con la excepcional cifra de
veinte millones y medio de personas ocupadas (tres millones cien mil personas
más que al final del segundo trimestre de este año)
Hay quien quiere ver
una esperanza en el hecho de que en el segundo trimestre haya aumentado el
número de asalariados del sector privado (49.000 personas más) pero la
machacona realidad de la estadística avisa, a quien quiera hacer la
comparación, que el número de asalariados del sector privado también creció en
el segundo trimestre de 2011 (140.000 personas) y en el segundo trimestre de 2010
(113.000 personas). La única lectura razonable es que en los últimos doce
meses, el número de asalariados del sector privado ha descendido en casi
720.000 personas, que comparan con la caída de 203.000 personas en los doce
meses anteriores.
En lo que se refiere al
empleo público, alcanzó su máximo histórico en el tercer trimestre de 2011, con
una cifra de tres millones doscientas veinte mil personas, casi 290.000 más que
en el tercer trimestre de 2007. Desde entonces ha descendido en casi ciento
ochenta mil personas, pero muy probablemente esto no es más que el principio de
una senda que bien podría llevar a un número próximo a los dos millones de
personas, lo que supone que en los próximos trimestres se podrían perder hasta
un millón de empleos públicos sin que la calidad de las prestaciones públicas
tuviera que resentirse, desde el punto de vista de disponer de las personas
necesarias para la prestación de los servicios públicos relevantes.
Finalmente, el número de personas ocupadas por cuenta propia, obviamente las que obligatoriamente se ajustan con mayor rapidez a las nuevas situaciones, que, vaya casualidad, también alcanzó su máximo (tres millones seiscientas treinta y tres mil personas) en el tercer trimestre de 2007 podría haber tocado fondo en la cifra de dos millones novecientas sesenta y nueve mil personas que reflejaron las EPA del tercer y del cuarto trimestre de 2011, lo que de ser así habrá supuesto una pérdida de personas ocupadas en esta modalidad de 665.000.
Las perspectivas de la
ocupación siguen siendo en consecuencia muy malas para los próximos trimestres,
ya que dentro de dos años, no tendría nada de particular que el número de
personas ocupadas se haya reducido en una cifra comprendida entre un millón y
medio y dos millones de personas, la mayoría de las cuales provendrán del
sector público, principalmente de los empleados laborales del mismo. A poco que
la realidad se parezca a estas negras previsiones, parece claro que el partido
del Gobierno tendrá resultados muy malos en las distintas elecciones que haya
desde ahora hasta que finalice su actual mandato; sólo faltará comprobar la
memoria histórica que tengan los electores respecto a los otros partidos que
han tenido poder de gestión en las distintas administraciones en los últimos seis
años, para saber si nos veremos abocados a una alternancia PP-PSOE cada cuatro
años, mientras la situación socioeconómica se sigue deteriorando durante al
menos una década más o si, por el contrario, los partidos políticos responsables
en su conjunto (aunque con más responsabilidad los que más poder han tenido) reciben
el rechazo en las urnas que les obligue a desaparecer, como justa respuesta del
pueblo a su pésima gestión.