lunes, 18 de julio de 2016

Mi experiencia con Vueling: Ibiza-Madrid 17 de julio de 2016



Fui a de Madrid a Ibiza, también con Vueling, sin retrasos ni ningún otro incidente, el 13 de julio y esperaba tener una vuelta similar cuando al llegar al aeropuerto y llegar a la zona de embarque, las pantallas anunciaban total normalidad: puerta de embarque a ser anunciada a las 13:15 y hora estimada de salida a las 14:05, exactamente la hora de salida que ponía en mi tarjeta de embarque para el vuelo VY3420.

A las 13:15 volvía a mirar la pantalla y me encontré con un primer anuncio de retraso: puerta de embarque a ser anunciada a las 13:45 y hora estimada de salida a las 14:30.  

A las 13:45 volví a las pantallas donde vi el segundo aviso de retraso: puerta de embarque a ser anunciada a las 14:15 y hora estimada de salida a las 15:05.

De nuevo me acerqué a las pantallas a las 14:15 y de nuevo me encontré con un retraso adicional, esta vez de 20 minutos. Puerta de embarque a ser anunciada a las 14:40 y hora estimada de salida a las 15:25.

Por quinta vez me acerqué a las pantallas, por cuarta vez a la hora que habían indicado previamente, y me encontré con un retraso mayor. Según la pantalla puerta de embarque a ser anunciada a las 15:10 y hora estimada de salida a las 15:55

Traté de informarme en un mostrador de Iberia, en el que se informaba de la situación de este vuelo, pero sólo pude enterarme de que el avión que debería llevarnos a Madrid estaba todavía en Valencia y, por lo tanto, todo eran previsiones, y a los pocos minutos, a las 14:48 según mi ordenador, recibí dos sms y casi simultáneamente un correo electrónico, todos ellos de Vueling.

El sms, en su versión española, decía: Sentimos las molestias causadas porque su vuelo no ha salido a la hora prevista. Consulte como realizar cambios en nuestra Oficina de ventas.
Nº de reserva

El correo, con el texto solo en inglés, decía:
vueling                                                          Information about your flight status

Last update

We're sorry for any inconvenience caused by your late departure.
 
You can request a change of flight if you wish. Please contact to our Ticket Office in case you want  to change your booking.
 
Please bear in mind that if you wish to change your flight and you have checked in your baggage, you must inform the staff at the boarding gate in order to recover it.

Booking number:
 
If you have a connecting flight that is affected, you must contact Transit to see the options available to you.
 
We are sorry for any inconvenience caused. 

Please  check your new departure time clicking at "+Info".

Una vez en la web me encontré con que preveían un retraso aún mayor. ya que la hora estimada de salida era las 17:45.

Pero no acabaron aquí mis sorpresas, ni las del resto del pasaje, ya que poco antes de las cuatro de la tarde, cambió la información de las pantallas del aeropuerto para anunciar que el embarque se realizaría a las 16:00 horas por la puerta 10.

Y, efectivamente, pocos minutos después de las cuatro empezó lo que todos creímos que era el inicio del embarque, y lo pensamos hasta que una vez en el autobús, y éste frente al avión que después nos llevaría a nuestro destino, porque sí, finalmente viajamos a Madrid, pero no en ese momento ya que vi como una persona desde lo alto de la escalera delantera del avión hizo señas al conductor del autobús de que no abriera las puertas. tras varios minutos de espera, el autobús nos devolvió a la sala de embarques por la misma puerta 10 por la que habíamos salido.

Una vez en la sala, durante varios minutos la pantalla siguió anunciando que el vuelo se estaba embarcando, y una empleada de Vueling explicó al pasaje que el problema era que no disponían en ese momento de tripulación para el avión. Una pasajera explicó que su padre le había comentado que tendríamos que esperar a que llegara el siguiente vuelo procedente de Barcelona, porque en él iría la tripulación que nos llevaría. Al menos esta esra la experiencia que él había tenido también en un viaje de Ibiza a Madrid, también con Vueling.

A las 14:48 volví a recibir dos sms y un correo de Vueling.

El sms, en su versión española, decía: Por restricciones en el tráfico aéreo su vuelo se ve retrasado. Consulte +info http://vyurl.com/lktJ Disculpe las molestias ocasionadas.

El correo, de nuevo con el texto solo en inglés, decía:

vueling                                                          Information about your flight status
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Entré de nuevo en la web y vi que la previsión de hora de salida era la misma de la vez anterior: las 17:45.

Poco después, a las 16:57, por la megafonía de la zona de embarques anunciaron que Vueling invitaba a un refrigerio a los pasajeros del vuelo VY3420. El refrigerio consistía en un bocadillo, o un sandwich, y un refresco sin alcohol. Yo elegí un bocadillo de jamón serrano que sin ser ninguna maravilla, no estaba mal.

Al volver, la pantalla volvía a estar en rojo, había desaparecido el número de la puerta por la que se embarcaría. Al cabo de unos minutos volvieron a anunciar que la puerta de embarque sería la nº 10 y que la hora estimada de salida era las 17:45 y el embarque a las 17:15.

A partir de ahí, las cosas empezaron a cumplirse, pero siempre con retrasos adicionales. A las 17:54 ya estaba en mi asiento y el avión empezó a moverse sobre la seis y cuarto.

El comandante del avión nos confirmó que el problema había sido la falta de tripulación y que les habían llamado a ellos y les habían trasladado desde Barcelona, corroborando lo que había explicado la pasajera que le había contado su padre. Nos dijo que el vuelo duraría una hora, pero esto tampoco fue así, ya que en la aproximación a Madrid hizo un rodeo y finalmente llegó a la T4 de Madrid a las ocho menos cuarto, cuatro horas y media más tarde del horario previsto.

Al salir al vestíbulo del aeropuerto, una mujer joven y sonriente me preguntó si venía de Ibiza y cuando le dije que sí me alargó una tarjeta en la que sugieren obtener una indemnización de 250 euros si se hacía la reclamación a través de ellos.

Supongo que la dirección de Vueling sentirá las molestias causadas a sus clientes, pero me pregunto si se sentirá satisfecha de la gestión que han hecho de la incidencia, y creo que sí, que estará satisfecha y que en la próxima ocasión que les ocurra algo similar volverán a gestionarla de la misma manera, ya que antes les había ocurrido y lo habían hecho con ese mismo protocolo. Me temo que no tendrá para nada en cuenta la opinión de los pasajeros que hemos pasado por esa experiencia, que seguramente recordaremos durante mucho tiempo.

lunes, 11 de julio de 2016

Deuda española con el exterior al final del 1er trimestre de 2016



Los últimos datos disponibles del Banco de España de la deuda española con el exterior se refieren a finales del primer trimestre de 2016. Estos datos reflejan que desde hace dos años la ruptura de la tendencia al descenso de la deuda iniciada en 2012. La deuda total registrada al final de marzo de 2016 ha sido de 1,84 billones de euros, 300.000 millones de euros mas que en el tercer trimestre de 2007, momento en el que se redujo drásticamente el ritmo de incremento de los préstamos del exterior a los agentes españoles, por lo que puede considerarse el inicio de la crisis que todavía padece España.

 



A pesar de que se habla muy poco de este indicador, no porque no sea muy importante, sino porque los políticos tienen terror a admitir que junto a la parte muy positiva de permitir una financiación adicional a la economía sin la que el crecimiento sería muy inferior, supone un riesgo muy elevado de recesión si por cualquier motivo los prestatarios extranjeros dejaran de permitir que siguiera creciendo, como ya ocurrió desde el cuarto trimestre de 2007 hasta el primer trimestre de 2012. Y esta posibilidad es para ellos uno de los peores escenarios porque les obligaría a hacer una política de ajuste fiscal muy restrictiva, ya que todo lo que no presten desde el exterior en un plazo muy breve tiene que ser compensado por una reducción equivalente del gasto público o un aumento de la recaudación impositiva o, lo que es más probable, una mezcla de los dos

La evolución de este importante indicador se puede apreciar de forma muy intuitiva en la gráfica siguiente, en la que se presenta la variación de la deuda total española con el exterior en los cuatro trimestres anteriores al trimestre de referencia.


 

 

Como se puede apreciar en la gráfica anterior, desde el año 2000 la economía española venía aumentando cada año su deuda externa total en unos cien mil millones de euros anuales. Esta cifra ya era muy elevada, porque este incremento de deuda se dedicaba en su mayor parte al gasto, o a inversiones muy poco o nada productivas, lo que de hecho suponía que el país estaba viviendo muy por encima de sus posibilidades (en una cuantía aproximada al 10%)

En 2004 la deuda externa aumentó en casi ciento veinticinco mil millones y esta cifra siguió aumentando año a año hasta llegar a un máximo de doscientos ochenta mil millones de euros en 2006 seguidos de doscientos veinticinco mil millones de euros en 2007 (siempre con datos referidos a la variación entre el primer trimestre de un año respecto del mismo trimestre del año anterior) A partir de 2008 el incremento anual se redujo drásticamente (hasta 130.000 millones en 2008, 100.000 millones en 2009 y 80.000 millones en 2010. La deuda se redujo por primera vez (en 70.000 millones) en 2011 y volvió a aumentar en una cifra similar en 2012. En 2013 y 2014 volvió a reducirse en 45.000 y en 65000 millones respectivamente, en 2015, año electoral, volvió a aumentar en la nada despreciable cantidad de 110000 millones y en 2016 el aumento se ha reducido a la mitad (55000 millones).

La variación registrada en el conjunto de los cuatro últimos trimestres (54.961 millones de euros, equivalentes al 3,1% de la deuda total de un año antes) ha sido muy distinta en cada uno de los sectores considerados: las Administraciones Públicas han registrado en un año un incremento del 2,9% en su deuda externa, el conjunto de las instituciones financieras la han aumentado en el 10,7%, y el resto del sector privado (empresas no financieras y familias) ha registrado una caída del 6,3%. Sin embargo, debe hacerse notar que una parte relevante, pero no claramente conocida, de la deuda externa de las entidades financieras, se emplea en adquirir deuda pública española, motivo por el que no es fácil saber en qué medida las instituciones financieras han aumentado realmente su deuda externa para fines distintos a la compra por su parte de deuda pública española.


 


 


 


Lo que si es claro es que, respecto a un año antes, el endeudamiento exterior conjunto de las administraciones públicas y del sistema financiero han aumentado en unos 90000 millones de euros.

Los problemas que quedan por resolver en la economía española no son pocos, y a pesar de ello, España debería iniciar lo antes posible una senda de reducción progresiva de su deuda con el exterior, similar al proceso continuado de reducción de la deuda externa del sector privado, excluidas las instituciones financieras, si no se desea estar permanentemente expuestos a una recesión como la padecida a partir de finales de 2007 y este proceso solo se podrá llevar a cabo si no se termina previamente con el déficit público.