sábado, 2 de julio de 2011

Deuda española con el exterior (1er trimestrre 2011)

Ya están disponibles los datos del Banco de España de la deuda española con el exterior a finales del primer trimestre de 2011. Los datos del primer trimestre de este año son, de nuevo, positivos, aunque todavía falten muchos trimestres para que se terminen de solucionar los problemas que nos hemos creado desde el año 2000 con el aumento excesivo de la deuda con el exterior..

Son positivos porque por primera vez en lo que va de siglo, la deuda española con el exterior se está reduciendo respecto a la que tenía un año antes, y porque en los últimos cuatro trimestres lo ha hecho en el 5,7% del PIB, lo que significa la corrección muy relevante de uno de los principales desequilibrios macroeconómicos que están en la base de la dureza de la mala etapa económica que padecemos en nuestro país.


La deuda externa total a largo plazo era, a finales de marzo de 2011, de 1,73 billones de euros, cifra no muy lejana a la de septiembre de 2007 (1,54 billones) momento en el que se redujo drásticamente el ritmo de incremento de los préstamos del exterior a los agentes españoles, lo que supuso un claro indicador de que el sector financiero internacional había puesto un tope a la cantidad de deuda a largo plazo que estaba dispuesto a aceptar en el caso de España.

La evolución de este importante indicador se puede apreciar de forma muy intuitiva en la gráfica siguiente, en la que se presenta la variación de la deuda total española con el exterior en los cuatro trimestres anteriores al trimestre de referencia.


Como se puede apreciar en la gráfica, desde el año 2000 la economía española venía aumentando cada año su deuda externa total entre el 10 y el 15% del PIB. Esta cifra ya era muy elevada, porque este incremento de deuda se dedicaba en su mayor parte al gasto o a inversiones no productivas, lo que de hecho suponía que el país estaba viviendo muy por encima de sus posibilidades.

En 2005 el aumento de la deuda externa se disparó al 30% del PIB y en 2006, aunque se redujo algo, supuso cerca del 25%. A partir de 2007 el incremento volvió a la senda cercana al 10% de incremento que se había dado en los primeros años de la década, y sólo en el último año se ha reconducido de forma drástica con la primera reducción en lo que va de siglo de las cifras de cuatro trimestres seguidos.

También es un dato muy positivo que la reducción registrada en el conjunto de los cuatro últimos trimestres (58.600 millones de euros, equivalentes al 3,3% de la deuda total de un año antes) se haya dado en todos los sectores: las Administraciones Públicas, que han registrado un descenso del 3,3% en su deuda externa, el conjunto de las instituciones financieras, que lo han reducido en el 3,6%, y el resto del sector privado (empresas no financieras y familias) que lo han hecho en el 2,8%)




Los problemas que quedan por resolver no son pocos, ya que España deberá continuar bastantes años con la recién iniciada tendencia a reducir su endeudamiento con el exterior, lo que significará necesariamente que mientras exista además un déficit público relevante, podrá contar para la financiación de la economía sólo con una parte del ahorro interior, y esta escasez de financiación será un freno para el incremento de la capacidad productiva en procesos de mayor competitividad.

El Gobierno seguirá reduciendo el déficit público, pero si tuviera que hacerlo en una parte relevante con el aumento de la presión fiscal, hará más difícil la recuperación del consumo. Por este motivo es especialmente importante que Comunidades Autónomas y Ayuntamientos asuman que los ingresos fiscales de los años previos a la crisis no eran ingresos estructurales y estables, por lo que pasarán muchos años antes de que vuelvan a tener unos ingresos de la magnitud de los que tuvieron en los años previos a la crisis, por lo que el ajuste deberán realizarlo en su mayor parte a partir de la reducción del gasto (a ser posible con mejor gestión y con la reducción y eliminación de los gastos no imprescindibles)

El sector financiero tendrá que seguir saneando su exposición a los proyectos inmobiliarios tóxicos, por lo que también intentará aumentar las comisiones y los márgenes que cobra al sector privado.

Por último, el sector privado, el único que no puede, en la mayoría de los casos, traspasar su déficit a terceros, seguirá ajustándose el cinturón para capear la situación, a la espera de poder aumentar sus ingresos por las vías, fundamentalmente, del aumento de la productividad y del aumento de las exportaciones, teniendo en cuenta que el aumento de los ingresos por turismo es equivalente al aumento de las exportaciones, con la ventaja añadida de que también suponen un incremento de la recaudación, derivada del IVA que pagan los turistas por sus compras en España .

Sin embargo, el mensaje más importante de la evolución de la deuda exterior española es que la senda de la corrección se ha iniciado, y que la continuidad de esta senda es condición imprescindible para que se empiece, más pronto que tarde, a recuperar el empleo.